domingo, 5 de octubre de 2008

Triángulo de las Bermudas






Le llaman el Triángulo de Bermudas, aunque su forma no es triangular.
Tiene como vértices, o al menos incluye entre sus límites tres puntos relativamente fijos, en el Atlántico Occidental: el archipiélago de las Bermudas, por el Noreste. Por el Sur la isla de Puerto Rico, si bien se considera que el Triángulo llega con su influencia muchos cientos de millas más al sur. Y, al Noroeste, la península de Florida. Sin embargo, esos límites parecen ser púlsateles. Se extienden y se encogen alternativamente.

Hay ocasiones en que las rarezas físicas propias del Triángulo llegan a afectar hasta las mismas Azores, por el Este. También, a veces extiende su influencia hacia el Oeste, más allá de Cuba.
Pero, en general, el área del Triángulo aparece deli­mitada por el torbellino lento y gigantesco que es la Corriente del Golfo, un río poderoso que se mueve cruzando el mar a una velocidad de alrededor de 6 kiló­metros por hora. En la latitud 15 norte confluyen las corrientes del Atlántico Sur con las del Noreste, y avan­zan rodeando el Mar de los Sargazos, hacia el Poniente.
Poco al Sur de Puerto Rico, una gran rama se desvía ha­cia el Norte, lame las costas orientales de Cuba y Florida y cobra rumbo noreste hacia las Bermudas, reuniéndose con el curso principal que llega desde la olla caliente que es el Golfo de México. Frente a las Bermudas, nuevamente se desprende un brazo de aquel río, que cobra curso Suroeste hasta alcanzar la latitud 30 Norte. Allí se desvía al Sureste, para recomenzar el remolino.
Dentro de esos límites, en un período de 26 años desde el término de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, hasta 1975, han desaparecido más de mil personas: se han esfumado de un centenar de barcos y aviones han desaparecido en ese lapso de igual manera, en medio de una atmósfera transparente.
De estas desapariciones no se ha podido recobrar ni un solo cadáver, ni un despojo, ni siquiera un fragmento de los barcos o de los aviones desaparecidos.
Por cierto que nos estamos refiriendo únicamente a las desapariciones real y completamente inexplicables.
Ha habido, además, en esa zona centenares de otros naufragios y pérdidas de aviones que podrían tener una explicación por causas naturales aunque éstas resulten alambicadas y llenas de una cantidad excesiva de coincidencias. Y desde luego no se toman en cuenta tampoco las tragedias más evidentemente naturales por accidentes o producidas durante borrascas o huracanes. Aquí nos referimos sólo a las desapariciones que simplemente no tienen explicación posibles Y que en algunas ocasiones, como en el célebre caso de la escuadrilla de modernos cazabombarderos Avenger llamado "El Vuelo 19" alcanzó ribetes alucinantes de horror y desconcierto. Con este escándalo estalló ante el mundo la celebridad del Triángulo de las Bermudas.
LA RAZÓN Y LO ANTINATURAL
Si nos extendimos bastante ha sido para que usted pueda apreciar lo extremadamente irracional de la desaparición de 6 aeronaves de guerra perfectamente equipadas para la supervivencia ante desastres naturales.
Uno de los portavoces oficiales de la Comisión Investigadora formada por el Pentágono para examinar este hecho, que fue un escándalo para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos, hubo de reconocer en conferencia de prensa:
"Esta pérdida... se presenta como un misterio completo. Es el misterio más extraño que jamás ha in­vestigado la Aviación Naval".
ENFRENTANDO EL ENIGMA
Ante lo antinatural queda el campo abierto para la imaginación y las fantasías más descabelladas. Con frecuencia, la ignorancia de observadores aficionados les lleva a sacar conclusiones absurdas y sostener teorías antojadizas. Incluso hubo quien sostuvo que las algas del Mar de los Sargazos serían los restos de las florestas de la Atlántida ¡adaptados a la supervivencia en un medio marino!
Necedades semejantes ciertamente provocan el rechazo de los observadores serios y dejan la sensación de que se ha hecho de un asunto grave e inquietante una torpe acumulación de supersticiones.
Hay quienes buscan monstruos marinos en el origen de las desapariciones. Ictiosaurios o plesiosaurios tragándose barcos y aviones.
Pero donde más confluyen las opiniones es en el campo de la pérdida Atlántida y de los Ovnis, de estas suposiciones podemos decir que al menos presentan una serie de concordancias con los signos que se ha logrado recolectar en torno a las desapariciones y la destrucción de naves. Es comprensible que se busquen explicaciones aun en lo más irracional, pues el cerebro humano no ha sido concebido para aceptar que se violen sus marcos inmemoriales de referencia que llaman "los preceptores inconscientes". Y también es comprensible por la misma razón que otros opten por rechazar que allí haya nada anormal y que se trata solamente de acumulaciones de hechos fortuitos, de "coincidencias" que a veces pueden ser muy extrañas.
TESTIMONIOS DE LOS PROTAGONISTAS
Fuera de los testimonios arrojados por las transmisiones del Vuelo 19 y por el Comandante Richard Stern, hay otros testimonios que permiten acumular datos para describir mejor qué es lo que pasa, cómo se presentan las anormalidades.
El 7 de Julio de 1964, la piloto comercial norteamericana Carolyn Cascio transportaba a un pasajero desde Nassau hacia la isla Gran Turco. El vuelo se efectuó sin novedad hasta que llegó el momento de aterrizar. En la Torre de Control recibieron la llamada de la joven piloto: "No puedo encontrar la ruta. Algo extraño ha comenzado a ocurrir. Sé que debo estar ahora mismo sobre Gran Turco, pero me encuentro por completo desorientada. Estoy dando vueltas por encima de dos islas que no conozco, y allí debiera estar Gran Turco. No hay nada en esas dos islas. Ni nada donde poder aterrizar".
La muchacha mostraba gran presencia de ánimo, pero había realmente ansiedad en su voz cuando preguntó con cierto dejo de esperanza infantil: "¿Hay alguna manera de salir de aquí?".

Lista de barcos y aviones desaparecidos: http://www.losenigmas.com.ar/losenigmas/baryavi.htm

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